Al final logré solucionarlo hacia la medianoche. Fue una pelea ardua jajajaja.

Linux era hacerme la vida muy fácil, excepto por hacer funcionar el office con wine y esas leseras que me dan paja realmente aprender en este momento. Como no me pescaba mi pendrive con windows, lo que hice fue clonar (de muy mala manera) el HDD al SSD, que al ser de menor tamaño hizo que las particiones quedaran como el absoluto y reverendo hoyo. Entre tantos intentos de reajustar las particiones y clonar sus contenidos solo logré avanzar al punto que Windows intentaba recuperarse, fracasando hasta para leer la partición de recuperación del HDD original.

Para hacerla corta finalmente probé de nuevo el usb con windows ahora que tenía las particiones mal clonadas y por algún motivo logró pescarlo y empezar a mostrar el proceso de instalación (previamente era solo una pantalla negra que duraba hartos minutos para luego reiniciarse). Le puse recuperar -fracasó- y probé instalar desde cero, con lo que pude dar fin a mi martirio.

Durante todas estas horas pasaron hartas cuestiones, pero se aprendió harto. Los notebooks son mañosos a morir con sus drivers, configuraciones y todas esas cosas.